domingo, 16 de julio de 2017

Dolores Dorantes

Imagen de Punk Freud
Intervienes,
vida
Dolores Dorantes

La de Dolores Dorantes (Córdoba, Veracruz, 1973) es la historia de una poeta mexicana que tuvo que irse de su país por las amenazas que recibió debido a su compromiso social, feminista, y a su labor como periodista. Sus libros Poemas para niños (El Tucán de Virginia, 1999), Estilo (Mano Santa, 2011), Querida fábrica (Conaculta/ Práctica Mortal, 2012) e Intervenir (Ugly Duckling Presse, 2015) están disponibles en el Archivo de Poesía Mexa. Además, los poemarios SexoPUROsexoVELOZ (Lápsus/ Oráculo, 2004) y Septiembre (Kenning Editions, 2007), inéditos en México, se pueden descargar en el blog de la autora: D o l o r e s D o r a n t e s[1].
            Podemos encontrar poemas suyos en el portal que le dedica Jorge Campos en Vórtice o Las afinidades electivas / las elecciones afectivas. En 2011, como decíamos, tuvo que cerrar el que era su blog por «amenazas de muerte y persecución». Una de las pocas reseñas de su obra es de Daniel Bencomo, en revista Crítica, donde destaca «la relación del poema con la polis −ciudad, Estado−; la relación del poema con la producción del poema y con la producción fabril; la posibilidad de lo erótico en el cuerpo lírico, en el cuerpo vivo, en el cuerpo muerto» de la poeta que se tiene que alejar de su entorno precisamente porque no lo desatiende en su escritura.
            Poemas para niños (1999) no tienen por qué ser poemas para niños; o, al menos, solo para ellos. Los juegos verbales, simpáticos en su forma, encierran un quebranto que crece con el peso autobiográfico. Así dice «En el fondo rojo del pájaro que fue»:

DOLOR ---es el nombre

ellos
en estrelladas sombras crecen

imantados desde ahí
desde el dolor
desde el nombre

En juego
la carne y corazón de almaepidermis (7)

El calambur y la paronomasia multiplican los sentidos de textos tan breves como sonorosos.
            SexoPUROsexoVELOZ (2004) es un canto a la boca erótica que atrae por su humedad y sirve para exteriorizarnos. En este sentido las referencias a Rulfo despliegan el escenario urbano que, como en Quirarte, amamanta y devora. Las cursivas y los versos sangrados transmiten un vaivén a la deriva:

Mi boca
es el único
refugio de
                tu boca (23)

En 2007 Septiembre se integra a una nueva edición de SexoPUROsexoVELOZ. No tenemos más datos debido a que buena parte de los textos que ofrece la autora en su blog y en el Archivo de Poesía Mexa son manuscritos todavía sin depósito legal o colofón. El reencuentro iluminará la letra que oscurece el lenguaje: «(Lo que me sobra es sombra) / Abre / la compuerta de sol / para que vengas» (46).
            Estilo (2011) arranca con el significado que tiene la palabra que da título al poemario: «En Botánica, el estilo de una flor de angiosperma es la prolongación del ovario al final de la cual aparece el estigma. El estilo no contiene óvulos, quedando éstos restringidos a la región del gineceo llamada ovario. Modo de expresión básico y distintivo» (9). Del mismo modo, la cubierta refleja la relación entre la planta y las mujeres perseguidas en las fronteras. Así pues, estamos ya ante la primera obra de Dorantes en la que explícitamente reivindica la igualdad y la fuerza de la mujer para resolver los conflictos que ella misma sufría en ese año en que tuvo que cerrar su blog por las amenazas y las persecuciones, preludio de su viaje a EUA. El Archivo de Poesía Mexa recoge el manuscrito, por lo que seguiremos la edición de Issuu para destacar especialmente el feminismo de Dorantes. Cada una de las tres partes del poemario comienza con una reflexión sobre el significado que tiene el estilo en la voz poética que se desangra y que se dirige a la primera fuerza de mando del país (ahora vecino). Como Gaëlle Le Calvez, Dolores Dorantes escribe desde fuera, pero no se siente ajena a lo que sigue siendo suyo, su territorio. De ello reflexiona en Tierra Adentro. Por nuestra parte, hace unos meses estudiamos el caso de Dorantes en la V edición Investigación en Femenino de la Universidad de Alicante. Cabed estacar la labor de la editorial de Jorge Esquinca, Mano Santa, para difundir el trabajo de poetas al margen físico, que no intelectual o crítico, ya que Dorantes forma parte, por ejemplo, de las recientes antologías El manantial latente (2002) o México 20 (2016).
            Querida fábrica (2012) es una epístola que continúa el pesimismo y el dolor de Estilo, pero ahora con un tono más calmado, más racional que pasional. El referente sigue siendo la presidencia que permite y causa la violencia sufrida por la poeta en el marco autobiográfico; pero ahora la figura del lector cobra importancia. El poema persigue el compromiso y la dimensión social: «Produzco lo que soy: lluvia de ceniza, nieve de plomo, cuerpo de metal» (19). Vemos el odio, no a los criminales que directamente la amenazan, sino al sistema corrupto que preside el responsable de la situación de miles de personas como ella: «Y es el país de mi primer recuerdo el que me orilla a odiarte» (33). Además de la metáfora de la fábrica que gesta en su interior el mal foráneo, Dorantes se pone en la piel de quienes trabajan la industria en las fronteras entre el país latino y el estadounidense, tal como vimos en la primera parte de Bitácora de mujeres extrañas, de Esther M.García.
            Por último, es muy esclarecedora la edición bilingüe de Intervenir (2015) que Dolores Dorantes firma con Rodrigo Flores Sánchez, contemporáneo a la autora de Estilo y de quien hablaremos la próxima semana. Los poemas, con ese reforzado desdoblamiento del sujeto poético, son más sólidos y autónomos que en los libros anteriores, cuya idea era la escritura desde el otro lugar. El texto en inglés (traducido por Jen Hofer), junto al original en español, muestra la separación blanca, invisible, testimonial, que la poesía permite truncar mediante la expresión verbal:

Patria                                                                   Homeland
territorio                                                               territory
independencia                                                    independence
amor                                                                     love
[...] (14)                                                                [...] (15)

El amor y la negación de la escritura, cuyo oficio debería desaparecer, según Intervenir, desemboca en textos que se distribuyen en la página formando distintas estructuras laberínticas que juegan con el significado de la flor más repetida: lobelia; tan presente como el argentino Héctor Viel Temperley. Este último poemario de 2015 termina con unas aclaraciones de la traductora llamadas «Intervenciones», por lo que recuerda a las de Alejandro Albarrán. Sin embargo, en Dorantes y su traductor la tachadura no impide significados sino que los amplía en boca de distintos autores lectores: «Tú (escritxr del original) me dices (escritxr de la traducción) qué escribir» (176). La frontera entonces también conlleva una nueva lectura.
            Dorantes supone, pues, un pilar fundamental para entender la dimensión social en la poesía mexicana. La poeta, obligada a irse de su país natal, muestra en su obra el dolor que causa esta dictadura encubierta e indemne. Ahora bien, la autora de Poemas para niños no se monta en la tragedia y elige una expresión tan sincera como serena para evidenciar las carencias de un sistema que la poesía aún puede rechazar. Estamos ante un ejemplo del feminismo en la poesía mexicana contemporánea, según lo vimos en Bitácora de vuelos y en Mitologías Hoy.





[1] Llama la atención la disposición de las letras de su nombre, que es el del blog: separadas levemente, omitiendo la tabulación antes del apellido y conservando la mayúscula, erguida, frente a unos huecos que son las encías que sangran entre dientes aún con fuerza en la raíz. Con esta interpretación personal no queremos más que seguir el tono y la lucha de la poeta frente al temor que es terror incompleto.

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